jueves, 5 de mayo de 2022

Las carreteras y el fin de la era del petróleo - Fragmento 23

 

Citación sugerida:
Molina Molina, José Antonio (2020): Las carreteras y el fin de la era del petróleo.

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   Conforme un yacimiento se explota es obvio que la presión de la bolsa de petróleo tiende a disminuir, de manera que es más difícil bombearlo hacia la superficie. Eso significa que hay que invertir un esfuerzo mayor en extraerlo, es decir, que hay que emplear una mayor energía, en la forma de más combustible para las bombas, por ejemplo. Como la rentabilidad se relaciona con la diferencia entre lo que uno obtiene menos lo que uno se ha gastado para poder obtenerlo, eso significa que con el tiempo todo yacimiento se vuelve menos rentable. Además de aportar un producto menos rentable, la producción del yacimiento va disminuyendo con el tiempo, a partir de cierto momento. Desde los años 50 del siglo pasado, a partir de Marion King Hubbert (1903-1989) se considera que la producción de un yacimiento cualquiera sigue una forma parecida a la de una campana: al principio la producción aumenta rápidamente, alcanza un máximo cuando se ha extraído aproximadamente la mitad del crudo, y luego declina casi tan rápido como creció. Al considerar todos los yacimientos de una región se obtiene una curva similar, en la que el máximonota 4 representa la máxima producción de petróleo asociada a esa región, y el momento en que empezará a declinar. Con este modelo, Hubbert fue capaz de predecir que la producción de petróleo de los Estados Unidos alcanzaría su máximo en 1970, algo que, efectivamente, ocurrió (Campbell y Laherrère, 1998). Otros muchos estudiosos aplicaron el modelo de Hubbert, con mejoras y modificaciones, al conjunto del mundo, y muchos de ellos llegaron a la conclusión de que el pico mundial de petróleo se alcanzaría a principios del siglo XXI. Hoy en día, cuando ya quedan atrás los primeros años de dicho siglo, es un hecho reconocido que, efectivamente, el mundo alcanzó un máximo en la producción de petróleo en el año 2006. Fue la propia Agencia Internacional de la Energía, organismo de sumo prestigio en el sector energético, la que lo reconoció en un informe publicado en el año 2010 (IEA, 2010).



Figura 7.1: Tendencia teórica en la producción de petróleo convencional de una región, o del mundo. Al principio la producción se incrementa exponencialmente, dada la cantidad de petróleo disponible, su alta presión, y el creciente número de pozos que se van abriendo. Cuando se han extraído en torno a la mitad de las reservas del yacimiento, la producción empieza a declinar, de modo irreversible. Al mismo tiempo, el petróleo a la derecha de ese máximo es menos rentable, dado que hay que emplear cada vez más energía en bombearlo hasta la superficie. Según la Agencia Internacional de la Energía, para el conjunto del mundo ese máximo se alcanzó en el año 2006, si bien se produjo un segundo máximo en 2015 debido a la irrupción en el mercado de otros tipos de petróleos, como se ve más adelante en el texto.


   En los años posteriores la alarma generada quedó algo diluida por la irrupción en el mercado de lo que se llamaron “petróleos no convencionales”. No existe acuerdo sobre la definición precisa de los mismos, pero en general se trata de petróleos mucho más difíciles de extraer, que requieren tecnologías especiales por su escasa fluidez o su alta viscosidad. Estos yacimientos incluyen el de la Faja del Orinoco, en Venezuela, y el de las arenas bituminosas de Canadá, por ejemplo. Algunos expertos también llaman “petróleos no convencionales” a aquellos que, teniendo unas condiciones más óptimas que las de los petróleos pesados, se encuentran en zonas de difícil acceso, como en aguas muy profundas o en pleno Ártico. Muchos economistas acogieron con entusiasmo la llegada de estos petróleos, que empezaron a ser rentables no tanto por el desarrollo tecnológico, sino por el alto precio del crudo en el mercado. Pero las evidencias indican que estos petróleos tan difíciles de extraer y de tan escasa rentabilidad, además de estar causando un grave daño ecológico, no conseguirán revertir la situación: la producción mundial de petróleo va a seguir decayendo en las próximas décadas.


   Una vez más, los pronósticos de la Agencia Internacional de la Energía parecen confirmarlo (IEA, 2016): aun considerando la producción de los petróleos no convencionales, así como la de los líquidos procedentes del gas natural, las previsiones indican que la producción mundial de todos los combustibles líquidos de origen fósil seguirá cayendo en las próximas décadas. De hecho, según los datos aportados por el citado organismo, y que se ilustran en el gráfico siguiente, el mundo alcanzó el máximo de producción en el año 2015. Si se cumplen estos pronósticos, en solo 25 años la producción mundial de petróleo habrá caído en un 37% con respecto a los niveles actuales. Si tenemos en cuenta que, también según la IEA, la demanda mundial de petróleo para ese año podría ser de 107,7 millones de barriles diarios (mb/d), obtenemos que a la civilización le faltarán 50,3 mb/dnota 5 , una cantidad que, a día de hoy, nadie sabe, con seguridad, de dónde va a salir.


Notas:

 Ha venido en llamarse "pico del petróleo", o "pico de Hubbert". Se trata de un tema de máxima actualidad en nuestro tiempo: una búsqueda en internet del texto “peak oil” arroja millones de resultados. Volver al texto

 Serían algo menos de (47,3 mb/d) de considerar las ganancias en los procesos de refinado, que significan añadir 3 mb/d a la producción de petróleo en 2040. Esta pequeña contribución debida a estas ganancias se ha excluido de la figura 7.2, por considerarse una mera adición volumétrica, no energética. Volver al texto



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